miércoles, 12 de septiembre de 2007

Historia

Orígenes del cine: documentar fenómenos. Historia del documental.

Las inventoras del cinematógrafo fueron personas de ciencia interesadas en documentar algún fenómeno o acción. Su ingenio les llevó a crear aparatos que permitieran llevar a cabo sus interesantes experimentos. Tenemos varios ejemplos: el francés Pierre Jules Jannsen elaboró en 1874 un revolver photographique para registrar el paso de Venus ante el sol; el inglés Eadweard Muybridge estudió los movimiento de animales (caballos) por medio de cámaras fotográficas llegando en 1880 a proyectar caballos al galope; el francés Etienne Jules Marey en 1887 ideó un fusil photographique para seguir el vuelo de los pájaros; Georges Demeny en 1892 comenzó a captar y proyectar movimientos de la boca que articulaban pequeñas frases para que las personas sordas aprendieran a leer los labios; y así un sinfin de personas.

thomas_alva_edison.gifPero el gran y definitivo impulso a estos revolucionarios experimentos lo dieron (entre otros/as menos conocidas) los célebres inventores Thomas Alva Edison (1847-1931) y Louis Lumière, que lo convirtieron en una realidad industrial y comercial. Edison creó en 1894 el kinetoscopio de mirilla. Un mamotreto que requería de varias personas para hacerlo funcionar y que no podía salir de un estudio montado en Nueva Jersey. Su trabajo fílmico, siempre grabado en estudio, derivó hacia el negocio del espectáculo (bailarinas, contorsionistas…) louis_lumiere.jpg

Lumière por contra, lanzó en 1895 el cinématrographe, una máquina que no dependía de la electricidad y con sólo cinco kilos (una centésima parte del kinetoscopio de Edison) que permitía tanto grabar como reproducir y hacer copias. Su caracteristica más relevante era la facilidad de manejo, que la hacía idónea para grabaciones en el exterior. El primer paso ya estaba dado, se había construido y mercantilizado un aparato que permitía la grabación y exhibición de imágenes en movimiento. Cortometrajes como La salida de la fábrica y La llegada de un tren a la estación sobre todo (de un minuto de duración, que era lo máximo que permitía la técnica de la época) tuvieron un exito abrumador.

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